domingo, 23 de agosto de 2009

Diálogo en el camino.

- ¿Escuchas al viento?
- Sí, pero no entiendo lo que dice.
- Que eres un caso paradigmático, te gusta recorrer caminos, por eso, por el gusto. Aunque de antemano sabes que lo que encontrarás no es precisamente lo que buscabas, si es que acaso era algo. ¿En verdad deseas encontar?
- Tenía que ir.
- ¿Para qué? Has recorrido el camino y al final no era lo que imaginabas. ¿Crees que tus fuerzas serán suficientes? El regreso te ha de costar más.
- El reposo fué insuficiente y sí, mis piernas empiezan a doblarse y mi ánimo a decaer, pero ahora conozco el camino.
- Nunca es el mismo.

- Quizá llegue para la comida.
- ¿Te esperan?
- No lo sé. ¿Qué es ese ruido?
- Los pobladores de por aquí, estan nerviosos, eres un intruso.
- No tengo intención de alterar.
- Ya lo has hecho.
- Te he dicho que no es mi intención.
- Ese es el problema, el tuyo. En el fondo lo sabes, peros eres ciego, actúas deliberadamente, pero después, niegas las conexiones.
- No me interesan, quisiera que se callaran.
- Saben que no te quedarás, se sienten desairados de cierta manera.
- No puedo quedarme.
- ¿Te esperan a donde ahora partes?
- No lo sé, quizá.
- ¿Qué buscas? ¿ Qué encontrarás allá, que no puedas encontrar aquí?
- Es diferente.
- Aquí podrías sobrevivir sin ningún problema.
- No es sólo lo que busco.
- ¿Qué es?
- Otras cosas.
- ¿Indispensables?
- Quizá. Pero ahora ¿Ves allá a lo lejos? Es allí a donde voy.
- ¿Te quedarás?
- No, no puedo.

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